martes, 18 de agosto de 2009

LA GLORIA DEL HOMBRE

“Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo Soy JEHOVA...” Jeremías 9.24a



Si alguien le preguntara a cualquiera de los hombres, sobre el objeto de su gloria, ¿Cual sería su respuesta? Sin lugar a duda, todo hombre es perseguidor de gloria, por lo tanto, tendríamos infinidades de respuesta que girarían en torno al valor de una persona (o cosa) que se puede asentar en las riquezas, la sabiduría y ciencia, en la posición social, en el poder y la influencia, en la belleza, etc. En todo caso, la gloria humana es frágil y caduca, que a la larga quedaría inmersa en el gran vacío de la vanidad, sin saber que con el tiempo, el minúsculo tiempo, dejaría solo recuerdos y nada mas dejaría de existir.

“… ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. (Isaías 40:6).

“Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae;…” (1Pedro 1:24).

En fin mucho mas concluyente, “Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.” (Eclesiastés 1:2).

Ahora bien, ante esta realidad, decía el profeta inspirado por el Espíritu de DIOS: "Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas." (Jeremías 9:23).

Y lamentablemente es lo que hacemos; nos gloriamos en nuestras riquezas, sabiduría e inteligencia, en nuestra valentía. El hombre ha cimentado su gloria exactamente en lo que DIOS dice “No…”. Confrontemos esta realidad a la luz de la palabra de Dios ¿Que sentido tiene que todo esto sea la alabanza y gloria en el hombre?

"No se alabe el sabio en su sabiduría..."

¿Por que confiar en la sabiduría? Si me paseara en este instante por los pasillos de alguna universidad y me encontrara a un preparado hombre que me expusiera sus razonamientos, por algún instante me dejaría persuadido en sus argumentos, la ciencia y la filosofía lo sería todo por un momento. Sería el fin de todas las cosas el inquirir en sabiduría y ciencia, como muchos profesaron en la antigüedad griega hasta nuestros días.

Pero, ¿y que dice Dios al respecto? ahora me paseo por su palabra, y sus argumentos concluyentes son mas convincente, la ciencia no se ha puesto de acuerdo en muchas cosas, y tratando de explicar a Dios, lo han terminado negando. "Dice el necio en su corazón no hay Dios" (Salmos 14:1). ¿De que ha servido la sabiduría del hombre para con Dios? ¿Qué significado tiene delante ÉL?

La Biblia nos enseña algo importante al respecto. Con todo el avance científico y de la sabiduría del mundo, el hombre no ha glorificado a Dios: "...habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles." (Rom 1:21-23). Además, señala que esta sabiduría ha desvirtuado la verdad, la han desechado: "ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén." (Rom 1:25).

Hemos negado a Dios, no ha servido de nada. Me dirá un esplendido intelectual: "Es que no existe"; y es que nunca dirá que existe porque a través de su sabiduría nunca lo conocerán: "... ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría..." (1Co 1:20-21). El hombre hace grandes esfuerzo por comprender a Dios con su ciencia, y nunca logrará tal cosa. El hombre nunca podrá comprender a Dios con su sabiduría. Pues Dios mismo dice: "Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos." (1Co 1:19).

Ahora tenemos alguna idea de lo que es la sabiduría del hombre delante de DIOS. "... El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos." (1Co 3:20). No hay razón para jactarnos de tanta ciencia, tanta sabiduría y no conocer a Dios nuestro Creador. Lo que logres aquí no servirá de nada en la eternidad ¿Que pues haremos? ¿Seguiremos en la necedad?

La Biblia dice que "... la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos…" (1Co 3:19); y aun "... lo insensato de Dios es más sabio que los hombres..." (1Co 1:25). No sorprenderíamos nunca a Dios con nuestra ciencia. Además, tenemos que saber que “el principio de la sabiduría es el temor a JEHOVÁ”, que Él es el quien puso en orden las cosas y que su conocimiento es infinito y de grande sabiduría. Él es el "el único y Sabio DIOS".

"Ni en su valentía se alabe el valiente..."

Presumimos de valor, y muchas veces como nación el orgullo de nuestras fuerzas son nuestro estandarte. El hombre también se jacta en esto, en superar retos y exponer su fuerza ante muchos, todo por recibir la gloria del hombre. La historia de la humanidad nos enseña que existieron muchos hombres valiente que expusieron su vida, incluso hasta la muerte; y no esta mal el ser valiente, la Biblia habla de hombres valientes de Dios que dejaron todo por su causa, y el hasta nos manda ha esforzarnos y ser valiente. DIOS mismo es DIOS Valiente. El problema básicamente es este: "Ni en su valentía se alabe...".

Mientras esto sea nuestra gloria, lejos de glorificar Dios, todo sería vanidad. Tenemos que empezar entendiendo que el valor que mostremos aquí en la tierra quedará lisiado, que no podrá estar de pie delante del trono del Señor. Nuestras fuerzas serán anuladas ante su poder, fuerza y Majestad. Sepan que "... lo débil de Dios es más fuerte que los hombres." (1Co 1:25).

Sino fuera por la soberana voluntad de Dios, no llegáramos hasta donde hemos llegado, ni lográramos lo que hemos logrado. "El rey no se salva por la multitud del ejército, Ni escapa el valiente por la mucha fuerza. " (Sal 33:16). Dios nos enseña que el nos puede hacer fuerte como también débiles (pregúntenle a un Rey llamado Nabucodonsor), y que aun nuestras fuerzas provienen de Él, así como también proviene de Él la vida y todo lo que poseemos. Así que ¡No te jactes! ¡No te gloríes! Tus fuerzas no son nada ante el Rey eterno Jehová. Aprendamos a dar gracias y ha entender que dependemos absolutamente de Él.

Valientes luchadores por la libertad de naciones hoy yacen en sus tumbas, solo queda la memoria de su historia y sus logros; quizás se hable de ellos por muchos años mas, pero al fin... ¿Que sentido tiene en la eternidad? todo quedará reducido a nada.